Hace unos días tres chicas, medio aburridas creo yo, pasaron un rato en la biblioteca. Se sentaron al ordenador, ojearon alguna revista y finalmente una de ellas buscó entre las estanterías una serie de libros que parece que ya conocía. Con todos ellos en las manos se dispuso a iniciar una sesión espontánea de cuentacuentos. Leyó en voz alta algunos de ellos, estábamos solas en la biblioteca y las otras dos chicas y yo escuchamos con atención. Que tranquilidad y que relajación se sentía, hasta el punto que una de ellas casi se dormía, pero finalmente el timbre interrumpió nuestro hechizo y cada una se fue a lo suyo.
En su honor podeis consultar aquí y también en la biblioteca en vivo y en directo los pequeños libritos infantiles. No cualquier persona sabe leer cuentos bien y a mi me parece que esta chica lo hizo de maravilla. ¡Felicidades chicas!
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